Dale, Zelda, dale...
Publicado por Jose Manuel Moldes el 27/01/2025
Buenas, frikis. Recientemente, he terminado The legend of Zelda: Echoes of Wisdom, un juego que demuestra que la formula clásica sigue teniendo cabida a día hoy dentro de la saga e incluso permite innovación dentro de esta formula. Partiendo de la base del remake de Link’s Awakening, Grezzo, el estudio que desarrolla el juego protagonizado (por fin) por la Princesa Zelda, experimenta y expande lo ya conocido en este tipo de títulos y se atreve a quitarnos las armas (aunque no del todo) para que sea nuestro ingenio y nuestros “aliados” quienes nos ayuden a avanzar por las extensas tierras de Hyrule.
Como podéis ver, el juego, en líneas generales, me ha gustado, y es esa mezcla entre lo clásico de la saga y las nuevas propuestas que ponen encima de la mesa los títulos más modernos lo que realmente me ha encandilado. Pero no solo eso ha llamado mi atención en las (más o menos) 30 horas que he disfrutado de este título, ha habido otras cosas que me gustaría contar con más detenimiento en las siguientes líneas y que hacen que la experiencia no haga más que mejorar.
Como bien decía antes, Echoes of Wisdom es, en su esecia más pura, un zelda clásico, con su vista zenital, sus pequeños secretos repartidos por el mapa y su mapa que vas abriendo a medida que avanzas por él.
Eso sí, el título ha mejorado de manera exponencial gracias a las mecánicas de creación (o invocación más bien). Y es que ahora ganas también en verticalidad, con todo el juego que esto le puede dar a ese mundo de por si ya juguetón, además de potenciar (aún más) la exploración.
Y es que ahora no tienes que seguir el camino para llegar del punto A al punto B, si no que puedes pasar por encima de elevaciones fácilmente. Esto hace que te desvies del camino, porque el juego siempre te recompensa por desviarte un poco de tu camino con rupias, poderilio, fragmentos de corazón...
Siguendo con el mundo de este Echoes of Wisdom, cabe destacar lo amplio y variado que es para el “reducido” tamaño que tiene. Tiene todos los biomas clásicos de los zelda: La campiña de Hyrule con sus pueblos, el desierto Gerudo, el volcán de Eldín, las marísmas con los zoras, etc.
Consigue meter todo esto en un mapa y con el tamaño justo para lo que quiere contar en cada zona, y aún así, se saca de la chistera una exploración genererosa y con mini mazmorras (sorprendentes) que recompensa tus ansias de exploración con un botín variado como comentaba en punto anterior, haciendo que el tiempo se pase volando mientras recorres Hyrule (yo mismo me he sorprendido mirando el reloj y viendo que ya llevaba una hora dando vueltas por el mapa simplemente explorando).
A este punto también hay que añadirle que este juego cuenta con una buena cantidad de puntos de viaje rápido, haciendo que el recorrer el mapa sea una gozada una vez vas lo descubriendo, además de unos tiempos de carga relativamente rápidos.
Una de las cosas que más me ha alegrado de Echoes of Wisdom es el regreso de las mazmorras en su versión más clásica, no me malinterpretéis, las bestias divinas de BotW estaban bien pero no convalidan por una mazmorra clásica. Y las de TotK suben el nivel, pero no llegan a la altura de lo visto antes de la llegada de la saga a Nintendo Switch. Por eso me alegré al ver que las mazmorras que recorreríamos sería al estilo clásico, con sus salas cerradas independiente unas de otras. Pero no todo era alegría, porque la ausencia de “combate” como tal y con la mecánica de invocación no sabía cómo serían sus puzzles o si, simplemente, se prescindiría de ellos.
Pues bien, todas mis dudas eran infundadas porque los puzzles siguen estando, y algunos son tremendamente ingeniosos. En algunos me he tirado casi media hora probando hasta dar con la solución, puede que no fuese la que Nintendo tuviese en mente, pero eso es lo bonito de este juego, que con las herramientas de las que dispones, en algunos casos (menos que en TotK, obviamente) puedes resolver distintas situaciones de la manera que se te ocurra.
A lo largo de la aventura, también nos encontraremos con encargos secundarios de gente (o animales) que necesita tu ayuda, por lo general, este tipo de misiones son bastante simples y de compleción casi inmediata y con recompensas que si bien no son la gran cosa, siempre ayudan en tu aventura (en serio, en ningún zelda me vi tan falto de rúpias como en este, todos los mercaderes son unos usureros, por no hablar de cierta hada...).
Pero sin embargo, hay otras misiones que, si bien son más largas (tampoco demasiado, y a medida que avanzáis en la historia conseguís lo necesario para terminarlas), también ofrecen recompensas significativamente mejores que os serán de gran ayuda en vuestra aventura. Estas misiones, además de para añadir unas cuantas horas más al juego, sirven para que recorras su mundo y consigas más monstruos que invocar, y son un buen desahogo si quieres descansar de la historia principal y, si bien es una cantidad considerable de ellas (unas 50 creo), la mayoría no os robará mas de 5 minutos hacerlas.
Estos son algunos de los puntos que más me han gustado del juego, hay más, pero tampoco quiero hacer esto demasiado extenso. Como os digo, me ha sorprendido lo bien que usa la mecánica de invocación y lo ingeniosos que son algunos puzzles que hacen uso de ella. Además, también puede ser un buen punto de partida para una subsaga de juegos centrados en la princesa Zelda.
¿Y vosotros, lo habéis jugado? ¿Que os ha parecido este cambio en la jugabilidad? Podéis dejarme vuestras opiniones en las redes sociales de Palabra de Friki.