En un lugar de la memoria, de cuyo nombre no quiero acordarme.
Publicado por Jose Manuel Moldes el 19/02/2024
Nintendo DS nos dejó un buen puñado de juegos únicos en mecánicas gracias a sus dos pantallas que permitía crear puzles originales en los que estrujarnos la cabeza para intentar solucionarlos. Juegos como The Legend of Zelda: Phantom Hourglass nos mandaban cerrar la consola para poder “copiar” la parte inferior del mapa en la parte superior. Hay otros muchos juegos que usaban la particular forma de la portátil de Nintendo para crear unas formas originales de jugar. Un estudio que explotaba las bondades de la consola era Cing, el estudio Nipón nos dio aventuras como Hotel Dusk: Room 215 o el juego (juegos más bien) del que vamos hablar hoy: Another Code: Two Memories, desarrollado en 2005, nos ponía en la piel Ashley Mizuki Robins, y que en este 2024 ha recibido un remake por parte de Arc System Works (Dragon ball FighterZ) con miembros en su desarrollo de la extinta Cing, este remake también cuenta con su secuela, Another Code: R, Más allá de la memoria, que apareció en Wii en 2009.
¿Qué tal han salido? En este análisis os lo contamos y como siempre, libre de spoilers.
Un apunte importante antes de meternos en harina, no he jugado a los juegos originales, con lo que no puedo compararlos ni hablar de sus diferencias con este remake, mis disculpas.
El juego nos pone en la piel de Ashley Mizuki Robins, una chica de 13 años, que el día antes de su 14º cumpleaños recibe una carta de su padre, el cual creía muerto, invitándola a ir a la isla Blood Edward donde ha pasado los últimos 11 años. Con la carta también venía un DAS (Dual another system), un dispositivo que solo se activa con los datos biométricos de Ashley, y que tiene forma de Nintendo Switch (en el original tenía forma de Nintendo DS).
Así da inicio una historia sobre la memoria y el pasado la cual genera interés gracias a que constantemente estamos averiguando algo de la historia. También destacan las historias un poco más secundarias de los personajes que nos vamos encontrando y que sirven en muchos casos de hilo conductor para la trama principal.
Uno de los aspectos más destacables del juego son sus personajes y la evolución que estos tiene durante la historia, como claro ejemplo tenemos a Ashley, que empieza siendo una niña inocente y un poco caprichosa en el primer juego para ser más rebelde pero al mismo tiempo madura en su forma de hablar y actuar en el segundo.
También destaca las relaciones entre personajes que se van formando durante la historia, brillando especialmente la relación entre Ashley y D, el fantasma que nos acompaña en todo momento en la primera aventura, con conversaciones profundas y que nos ayudarán a ir conociendo poco a poco a los dos personajes. Este aspecto es más llamativo en Más allá de la memoria, donde hay más personajes y es palpable esta evolución en las relaciones.
Por cierto, al terminar el primer juego, empieza directamente el segundo, no dando la sensación de corte y sintiendo que estamos jugando una sola historia.
A nivel jugable, el juego se nos presenta como un juego de puzles e investigación, siendo Más allá de la memoria el que está más centrado en la investigación y con escenarios algo más abiertos y que permite una exploración un poco mayor, siendo contraproducente ya que la historia tarda más en arrancar y no llena esos “tiempos muertos” con algo especialmente destacable, Two Memories en este aspecto al estar encorsetado a un espacio más cerrado le permite brillar más en el punto fuerte del juego, que es su historia, ya que estamos constantemente descubriendo algo nuevo sobre ella.
En lo que a los puzles se refiere hay que decir que los que nos encontramos son bastantes sencillos y no van a suponer ningún problema, echando en falta un poco más de dificultad, quitando alguno un poco más elaborado como el puzle de las monedas y la balanza en el primer juego, el resto están un poco carentes de originalidad, y es una pena porque el juego cuenta con mecánicas suficientes como para haber destacado más en este apartado.
Otra cosa (aunque esto es algo personal) que molesta un poco, es que en ocasiones la cámara tiende acercarse demasiado al personaje y volverse un poco, resultando una vista un tanto incomoda, esto sucede mayoritariamente en pasillos estrechos, como digo, es algo personal y no estropea la experiencia, pero si puede resultar molesto.
A nivel técnico el juego se mueve a 30 FPS casi todo el tiempo, quitando en alguna sección en la que se nota que bajan un poco, pero por lo general son estables ya que el juego tampoco despunta en lo gráfico, siendo quizás su punto más flojo y solo salvado gracias a su bonito y colorido apartado artístico que hace que el juego destaque por el estilo cell shading utilizado, aun así, esto no es suficiente en Más allá de la memoria, donde los entornos más abiertos juegan en su contra y se le ven más las costuras, con una distancia de dibujado bastante baja y entornos un tanto vacíos.
En el apartado de duración, estamos hablando de dos juegos bastante cortos, especialmente Two Memories, que en una primera partida podemos terminarlo en menos de 10 horas y si nos paramos a explorar y encontrar todos los secretos que se esconden por la mansión. Así completar los 2 juegos en una primera partida nos puede llevar entre 20-25 horas si somos de los que nos gusta explorar e interactuar con todo lo que nos encontramos. Una duración perfecta para unos juegos en los que su punto fuerte es su historia y la construcción de sus personajes.
Como conclusión, Another Code: Recollection queda lejos de ser un juego perfecto por sus problemas sobre todo a la hora crear sus puzles, que acaban pecando de ser demasiado fáciles y con un abuso excesivo de la ayuda aunque la tengas desactivada. Pero aun así es una excusa perfecta para descubrir dos juegos muy queridos por los jugadores que jugaron a los originales y con una historia especialmente destacable que te atrapa, y que a fin de cuentas, por lo menos en este caso, es lo que realmente importa.
Para terminar, y como es costumbre en esta casa le doy un notable.