En ocasiones, viene bien detenerse un instante para reflexionar
Publicado por Sergio García Esteban el 10/07/2023
Muchas veces, me pregunto para qué sigo haciendo esto. ¿Qué sentido tiene emitir un directo si nadie se conecta a verme? ¿Debería seguir haciendo un podcast si solo lo escuchan cuatro personas? ¿Merece la pena que escriba posts en un blog que prácticamente nadie va a leer? En esas ocasiones, merece la pena detenerse un momento. Es necesario hacer un alto en el camino, reflexionar sobre todo esto y hacerse la única pregunta que, verdaderamente, tiene sentido: ¿por qué?
¿Por qué hago lo que hago? ¿Por qué empecé ‘Palabra de Friki’? ¿Por qué mareo casi todos los días a mi mujer y amigos con multitud de ideas y proyectos que se me pasan por la cabeza, aunque luego no los lleve a cabo? Por supuesto, he dado muchas respuestas a estas preguntas, pero, si reflexiono con detenimiento, la contestación a todas estas cuestiones es solo una: lo hago porque me apasiona, por amor al arte.
Como os podréis imaginar, frikis, hoy os traigo un post más personal. En esta ocasión, no voy a hablaros de la última peli que he visto en el cine o del videojuego al que estoy jugando actualmente (no os voy a engañar, sigo jugando a Tears of the Kingdom); hoy, quiero dedicar el blog a hablar de algo que, quizás, también os toque de cerca. Por este motivo, la entrada de hoy va a ser algo diferente, más extensa y, entre otras cosas, no vais a encontrar imágenes. La semana que viene, volveremos a la rutina habitual.
He de confesaros algo: soy admirador de la gente a la que le apasiona algo y, además, decide dedicar parte de su tiempo libre para compartirlo con los demás. Me encanta esa gente que, a pesar de trabajar y tener miles de obligaciones, acaba encontrando el hueco para decirle a los demás “oye, esto me mola, ¡os voy a hablar de ello!” O “se me da bien hacer esto, os lo voy a mostrar”. En mi caso, me encanta el cine, los videojuegos y las series, además de la literatura; en cierto sentido, comparto esta pasión con los demás a través, entre otras cosas, de ‘Palabra de Friki’, de los libros que publico y de los relatos que subo a esta página web. Ahora bien, no me refiero únicamente a estos aspectos cuando digo lo de compartir aquello que nos apasione, sino prácticamente a todo lo que se nos pueda ocurrir, como pintar, tocar un instrumento musical, hacer bisutería, etc. A todas estas personas son a las que admiro.
Parte de esta gente, a raíz de compartir lo que le gusta, acaba creando una comunidad de personas que les siguen porque también les apasiona aquello que hacen y, además, les gusta cómo lo hacen. La pregunta que surge aquí es lógica: ¿por qué algunos llegan a esos niveles y otros no? Quién sabe, quizás se deba al resultado del esfuerzo y el trabajo duro, a estar en el lugar adecuado en el momento preciso o, simplemente, al carisma o cualidades personales de esos individuos. Pero la pregunta más interesante, al menos bajo mi punto de vista, no es “¿por qué ellos lo han conseguido?” sino, más bien, “¿por qué ellos lo han conseguido y yo no?” y, sobre todo, la que se deriva después de esta: “¿por qué debería seguir haciendo lo que hago si nadie me ve?” (y esto nos lleva al comienzo del post, ¿os dais cuenta de que, a veces, hilo fino?).
Llegados a este punto, es probable que muchas personas se distancien de su cometido inicial, de la razón principal por la que comenzaron a hacer lo que hacían, y empiezan a verlo como una obligación. Como veis, la frase cambia, pues ya no comparto mis canciones porque me gusta, sino porque debo hacerlo; no os traigo mi opinión sobre cierto videojuego porque quiero hacerlo, sino porque es lo que toca. Por supuesto, está bien tener una rutina y ser constante en lo que haces, pero la clave está en no perder esa chispa, esa autenticidad, esa pasión. La clave, al menos bajo mi punto de vista, está en ser conscientes de que seguimos haciendo lo que hacemos por amor al arte, porque nos apasiona, queremos dedicarle un tiempo y compartirlo con los demás.
Por ello, si algo te gusta y quieres compartirlo con los demás, hazlo siempre con pasión.