Tras 40 horas de juego, estas son mis primeras impresiones
Publicado por Sergio García Esteban el 15/04/2024
Para mí, uno de los grandes lanzamientos de este 2024, en lo que a videojuegos se refiere, era Final Fantasy VII Rebirth. La continuación de FFVII Remake prometía mucho, y más después de lo visto en los tráileres y gameplays que habían mostrado.
La posibilidad de controlar a nuevos personajes, la introducción del mundo abierto y la llegada de otras muchas mecánicas interesantes hacían que no me pudiese resistir a hacerme con este título el día de salida.
Lamentablemente, no pude comprarlo el 29 de febrero, pero sí que me hice con él unas semanas después. Desde ese instante, el vicio ha sido tal que no he parado de jugar. Y es que no solo me ha absorbido la genial banda sonora que acompaña a Cloud, Aerith y compañía mientras recorren Gaia, sino que me ha maravillado el mimo con el que se ha cuidado cada uno de los detalles, así como el excelente apartado gráfico y una historia que, si bien ya es conocida por todos desde hace bastantes años, cuenta con una serie de añadidos que hacen que tengamos ganas de saber qué va a pasar (no hablaré de esto último para no hacer spoilers, pero lo dejo ahí).
Todavía no he terminado al historia, en gran parte, porque me entretengo mucho explorando las diferentes zonas y haciendo todas las misiones secundarias, pero he jugado ya unas cuantas horas y he completado un porcentaje importante de la trama principal, casi el 50%, por lo que creo que es un buen momento para contaros mis primeras impresiones acerca de este título. Si queréis saber lo que me está pareciendo, solo tenéis que continuar leyendo.
Al igual que ocurría en el juego original al llegar a estas alturas de la historia, en Final Fantasy VII Rebirth nos encontramos fuera de Midgar, capital y sede de la compañía Shinra. Nuestro querido grupo de protagonistas avanza sin rumbo fijo hasta llegar a Kalm, un pequeño poblado donde deciden descansar y reorganizarse.
Al llegar a la posada, todos le preguntan a Cloud de qué conoce a Sephiroth, por lo que este decide contarles un recuerdo que sucedió cinco años atrás. Es aquí donde comienza esta segunda entrega del remake, con un flashback que hace las veces de primer capítulo del juego y sirve, además, como tutorial para adaparnos a las mecánicas.
No voy a hablar mucho de este episodio uno, ya que se pudo jugar en la demo y, probablemente, la mayoría lo hayáis probado, sino que me voy a centrar en todo lo que viene después. Y es que, tras esta primera toma de contacto, llega lo verdaderamente alucinante de Final Fantasy VII Rebirth: el mundo abierto y la posibilidad de explorar a nuestro antojo.
Como ya os habréis podido imaginar, la historia de Final Fantasy VII Rebirth se divide en capítulos. En función del episodio en el que nos encontremos, estaremos en una zona del mapa u otra. Por ejemplo, en el episodio uno estaremos en Nibelheim y sus alrededores, mientras que en el número dos nos encontraremos en Kalm y todo el territorio que hay antes de enfrentarnos al Midgardsormr.
Algunos de estos escenarios son de mundo abierto, mientras que otros son más pasilleros, lo que implica que en algunos capítulos, en función del mapa, podremos explorar más, tendremos misiones secundarias y diversas tareas que realizar y, en otros, no nos quedará más remedio que ir a tiro hecho.
Algo similar sucedía en FFVII Remake, pues también había zonas donde nos encontrábamos con tareas opcionales y minijuegos, solo que, en este caso, estos mapas son más grandes, por lo que el nivel de exploración y el número de misiones aumenta. Para que os hagáis una idea, frikis, el mapa está disfruibuido de manera similar a lo que pudimos ver en Final Fantasy XVI, que ya analizamos en este blog, donde nos encontramos con zonas amplias que podemos explorar.
En este sentido, hay que destacar que el juego introduce una nueva zona de mundo abierto tras uno o dos capítulos de recorridos más pasilleros, por lo que hay una interesante variedad. Para que os hagáis una idea, me encuentro en el capítulo siete y estoy explorando la tercera zona abierta del juego.
Bajo mi punto de vista, estamos ante un título que ofrece una mayor libertad de exploración que su predecesor, lo cual lo hace verdaderamente interesante. De hecho, si eres fan de la saga Final Fantasy en general, y de la séptima entrega en particular, vais a disfrutar mucho de esta juego.
En mi opinión, es muy recomendable que recorráis todos y cada uno de los rincones de Gaia cuando tengáis oportunidad de hacerlo, además de realizar todas las misiones secundarias y tareas posibles, ya que el juego está hecho con tanto mimo y cuenta con una gran calidad de detalles que, solo por eso, merece la pena que invirtáis unas cuantas horas más.
Hay muchas de estas tareas opcionales que son un guiño al juego original, algo que se puede observar especialmente cuando se llega al área de Junon, por lo que también se pueden entender como un pequeño homenaje a todas aquellas personas que llegamos a este título tras haber jugado a la obra de 1997.
Antes de finalizar esta sección del artículo, quiero decatar un detalle interesante, frikis. Y es que, mientras que no podremos repetir ninguna de las misiones principales hasta que no completemos el juego, sí que podremos regresar a las zonas de mundo abierto que ya hayamos recorrido. Esto es importante porque nos va a permitir hacer alguno de esos encargos que se nos quedaron pendientes o, simplemente, volver para disfrutar del encanto de cada uno de los mapas.
Como ya he comentado, solo encontraremos misiones y tareas opcionales en las áreas de exploración del juego. Aunque es cierto que estas son variadas, al final se resumen en lo mismo y la mecánica se acaba repitiendo.
Y es que, cuando llevemos un tiempo jugando, veremos que todas ellas son iguales. Hay que recoger algún objeto, derrotar a unos enemigos, activar una serie de dispositivos o recabar cierta información... personalmente, no se me están haciendo pesadas, pero puedo llegar a entender que alguien le resulte soporífero al cabo de un tiempo.
De momento, estoy disfrutando muchísimo de Final Fantasy VII Rebirth. Llevo más de 40 horas de juego y tengo la sensación de que le voy a dedicar, mínimo, otras 40 más. Eso es algo que me encanta, frikis, no os voy a engañar.
Me parece un juego muy completo y, al menos en el punto en el que me encuentro yo, me da la sensación de que la buena gente de Square-Enix ha hecho un trabajo excelente con esta adaptación.
Por supuesto, todavía me queda bastante por ver, pero mis impresiones en este momento de la trama son bastante notables.
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