Muchas series y programas de nuestra infancia han vuelto. ¿Se están quedando sin nuevas ideas?
Publicado por Sergio García Esteban el 24/07/2023
Hoy, 24 de julio, regresa el Grand Prix a la televisión, frikis. Vuelve el mítico programa, presentado por Ramón García (durante una época, lo presentó Bertín Osborne, pero ahí ya estaba de capa caída), que nos acompañó las noches de verano a todos aquellos que éramos pequeños durante la década de los noventa.
Ahora bien, no quiero dedicar este post a hablaros de este show televisivo (si queréis, cuando finalice la emisión, puedo contaros lo que me ha parecido), sino de un fenómeno que, si bien se lleva dando desde hace bastante tiempo, se ha acrecentado en los últimos meses: los reboots o la vuelta de series, programas, películas, etc. que llevaban “retiradas” desde hace bastante tiempo y que ahora han regresado.
Y es que, además del citado programa, también han vuelto recientemente Humor Amarillo (llamado ahora El castillo de Takeshi, nombre más acorde al original, y bastante menos racista), Futurama, que también estrena hoy su nueva temporada; se va a lanzar una nueva película de las Tortugas Ninja, aunque es cierto que esta saga nunca ha “muerto” del todo, y a comienzos de año vieron la luz Velma, el spin-off del personaje de Scooby-Doo, o, por poner algún ejemplo nacional, Upa Next, la nueva serie de Un paso adelante. El cine tampoco se libra de esta oleada de nostalgia, buena prueba de ello es la cantidad ingente de contenido que hemos tenido en los últimos años del universo Star Wars o, por poner un segundo ejemplo, la película Cazafantasmas: Más allá.
¿Se han quedado sin ideas? No, mi mucho menos, solo que, como digo en el título de este artículo, la nostalgia vende. Esto es algo que, como he mencionado con anterioridad, se lleva haciendo bastante tiempo (de hecho, se ha llevado a cabo prácticamente toda la vida), solo que ahora parecen haberse puesto de acuerdo para hacer unos cuantos lanzamientos juntos. Y es precisamente por este motivo por el que tiene sentido hablar de ello ahora, en este post.
Bajo mi punto de vista, está bien lanzar nuevas entregas de sagas clásicas, pues te permite adaptarlas a los estándares actuales (reconozcámoslo, hay algunas a las que el paso de los años no les han sentado del todo bien) y, además, puedes atraer a nuevas generaciones de espectadores, quienes pueden empezar viendo estas nuevas adaptaciones para, después, ver lo más antiguo. El problema viene cuando no se respeta el original, cuando se explota demasiado una serie o cuando algún formato se intenta acoplar a la actualidad, pero ya no funciona. Vamos por partes
Un claro ejemplo de esto es Star Wars (o el UCM, pero eso daría para otro artículo). Empezaron con una nueva trilogía de películas, luego lanzaron varios spin-offs en forma de película para, después, centrarse en las series; y esto sin hablar de videojuegos. A día de hoy, ver todo el material audiovisual del universo creado por George Lucas nos llevaría una cantidad ingente de tiempo.
¿Esto es malo? No tiene por qué serlo, pero, al explotar de esa manera una saga, y al lanzar tanto contenido en tan poco tiempo, inevitablemente la calidad de lo que sacas acaba cayendo, ya que no todo puede ser bueno.
Ahora bien, a pesar de que la calidad baje, al tratarse de una saga tan mítica como Star Wars, con la que muchos hemos crecido y que nos ha marcado tanto, en cuanto sacan algo nuevo mucha gente irá a verlo solo porque pertenece a la serie a la que pertenece. No olvidéis que las tres películas que conforman la trilogía Disney de Star Wars se encuentran entre las más taquilleras del mundo.
Esto es algo que se suele dar principalmente en aquellos programas, series o películas de humor, pues es donde más se nota el cambio generacional. Un claro ejemplo de esto que os comento es El castillo de Takeshi, el nuevo programa de Prime Video.
Hay que reconocer que la serie que llegó a España, tanto la de los noventa como la posterior, la de los dos mil, se caracterizaba por un humor… peculiar, que a día de hoy no funciona en televisión (bueno, igual en Telecinco sí).
Por este motivo, se han readaptado los chistes, para que sigan la estela de los programas “originales” pero encajen bien con el humor actual. El resultado es un programa que, si bien no es del todo malo, no cuadra bien.
Lo cierto es que, cuando se lanzan este tipo de programas, series o películas, en gran medida tienen éxito no porque sean buenas, sino porque mucha gente las ve solo porque se basan en algo que fue importante para ellos en su infancia, adolescencia y, en resumen, en una época anterior de sus vidas.
Os pondré un ejemplo para que me entendáis mejor. El despertar de la Fuerza es la quinta película que más ha recaudado a nivel mundial, solo por detrás de las dos de Avatar, Titanic y Endgame. Los últimos Jedi, por su parte, ocupa el puesto número dieciocho, mientras que El ascenso de Skywalker se sitúa en la posición treinta y seis. ¿Qué quiere decir esto? Además de que esta trilogía nunca debió existir (tenía que decirlo), esto demuestra que una gran cantidad de personas acudió a los cines a ver la primera entrega de esta nueva trilogía por nostalgia, por lo que la saga Star Wars supuso para ellos. Al sentirse decepcionados, ya no porque las pelis sean malas, sino más bien porque han crecido, cambiado y sus gustos y preferencias no son los mismos, no vieron las siguientes entregas.
Probablemente, con El castillo de Takeshi pasó algo parecido y mucha gente puso el primer capítulo con ilusión pero no pasó de ahí, y, quizás, pase algo similar con el Grand Prix (espero que no, sinceramente). Esto se debe, en gran medida, a que tendemos a idealizar estos programas, series o películas y, cuando las vemos de nuevo, no nos resultan tan buenas como cuando las veíamos de pequeños.
Por este motivo, frikis, cuando vayáis a ver un reboot de alguna saga, y os aseguramos que se van a seguir lanzando, ya que la fórmula funciona, seáis realistas, pues es probable que no termine de encajar con nuestras expectativas idealizadas.