Publicado por Sergio García Esteban el 28/08/2023
Versión analizada: PS5
El pasado 9 de noviembre de 2022, salió a la venta God of War Ragnarök, la secuelta de God of War, título que vio la luz en 2018, y la octava entrega de la saga. Hoy, más de nueve meses después de su lanzamiento, lo analizo en el blog, pero, como ya he comentado con anterioridad, tiene una razón de ser: solo quiero traer aquí títulos que haya terminado y que, cuando lo haga, tenga cierto sentido que hable de ellos.
Al igual que hago cuando hablo de alguna película, no voy a entrar en excesivos detalles de la trama para no hacer spoilers ni destripar nada, pero sí comentaré algún que otro aspecto para situaros. Dicho esto, ¡comenzamos!
Como os podréis imaginar por el nombre, God of War Ragnarök mantiene la ambientación en la mitología nórdica que trajo su antecesor y nos sitúa tres años después de los sucesos acontecidos en el juego anterior. En esta ocasión, Kratos y Atreus tratan de pasar desapercibidos y hacen todo lo posible por sobrevivir al Fimbulvetr, el invierno preludio del Ragnarök.
Ahora bien, si todo estuviera tranquilo, el juego no sería interesante, por lo que enseguida hacen acto de presencia los æsir. Tras esta "presentación", comienza el juego propiamente dicho.
Aunque no es 100% obligatorio haber jugado a los anteriores juegos de la saga para entender lo que sucede en este, sí que es recomendable, al menos, haber terminado el título de PS4, el de 2018, ya que nos va a servir para familiarizarnos con los controles y, además, para comprender mucho mejor la trama.
Es precisamente por esto, por el hecho de que es una segunda parte, que en un principio tuve la sensación de que estaba jugando al mismo título que en 2018, solo que ahora podría descubrir el desenlace de la historia; ahora bien, a medida que avanzaba en los niveles, fui observando cómo ciertas cosas eran diferentes. La base es la misma, pero Ragnarök trae consigo un buen puñado de novedades que, sin lugar a dudas, os encantarán.
Si por algo se ha caracterizado toda la saga de God of War es por presentarnos a un personaje principal muy bien elaborado, con un pasado definido y unos objetivos claros, y unos personajes secundarios que, aunque están trabajados y son interesantes, pierden fuelle a medida que avanza la historia en detrimento del protagonista. Esta tónica, en cierto sentido, se "rompe" en este título.
Ragnarök trae a un grupo de personajes muy bien elaborados, que van evolucionando a medida que avanza la historia. Kratos es el protagonista y es importante, por supuesto, pero también hay otros que lo son y, en algunos momentos, casi tienen más interés que el propio Fantasma de Esparta.
Este es uno de los aspectos que, personalmente, más me ha gustado de God of War Ragnarök, pues los personajes secundarios cogen un mayor peso y se vuelven más relevantes.
Tal y como ocurre con muchos títulos en la actualidad, en God of War Ragnarök tenemos dos opciones: ir "a tiro hecho" y avanzar en la historia sin perder tiempo o aprovechar la mayor libertad que se nos brinda en este título para explorar, llevar a cabo misiones secundarias y conseguir mejoras. Por supuesto, esto último es completamente opcional, pero es lo que verdaderamente enriquece el juego, además de que nos permitirá mejorar nuestras armas, armaduras y habilidades para que nos resulten más sencillos los combates contra los jefes finales.
Y es que, si en el juego de 2018 la exploración ya era importante, aquí lo es todavía más; se nota que nuestros amigos de Santa Monica Studio han querido hacer todavía más atractivo este apartado. En este sentido, hay que destacar el trabajo que se ha llevado a cabo en el desarrollo de las misiones secundarias. Si bien guardan similitudes (debemos explorar alguna zona en particular para encontrar un objeto; combatir contra una serie de enemigos para conseguir una mejora, etc.), lo cierto es que están muy bien presentadas y tienen sus peculiaridades que las hacen diferentes.
Si todo lo mencionado no fuera suficiente aliciente como para haceros recorrer los nueve reinos, el apartado gráfico sí que lo hará, pues todos ellos lucen espectaculares. Al menos en su versión de PlayStation 5, Kratos, Atreus y compañía se ven de lujo y, en más de una ocasión, me he quedado con la boca abierta al ver la maravilla de escenarios o la fluidez de los movimientos.
Si bien es cierto que se ha tomado como base el juego de 2018, se ha mejorado considerablemente lo que pudimos ver hace cinco años (cuatro si tenemos en cuenta la fecha de salida de esta secuela). Además, tal y como ha pasado ya con anteriores entregas, pues no olvidemos que God of War comenzó en PS2, a nuestro querido Dios de la Guerra le ha sentado de maravilla el cambio generacional.
Por supuesto, como buen juego exclusivo de PlayStation que se precie, en Ragnarök no faltan esas largas escenas peliculeras, que a muchos quizás le resulten tediosas, pero que a mí, personalmente, me encantan. Por eso digo lo de juego "palomitero", porque es un título que se presta a disfrutarlo como si de una peli se tratase.
Quizás uno de los aspectos más importantes a la hora de analizar un juego es hablar de su duración, pues a todos nos interesa saber lo que nos va a llevar terminar una historia. En el caso de Ragnarök, podemos completar la trama en unas 25 - 30 horas, más o menos, una duración más que decente y que a nuestro compañero Jose Manuel Moldes le parecería correcta, pues considera que los juegos cada vez son más largos.
Ahora bien, como ya he mencionado con anterioridad, lo verdaderamente interesante aquí es perderte por los diferentes reinos y recorrer todos sus rincones. En este sentido, si queremos ser completistas y realizar todas las misiones secundarias y derrotar a los enemigos más poderosos, podemos tirarnos fácilmente entre 45 y 50 horas.
En mi caso, que he completado la trama principal y he hecho alguna que otra misión secundaria, aunque tengo todavía unas cuantas pendientes y no he realizado el postgame (quería acabar el juego antes de irme de vacaciones, que la PS5 es demasiado grande como para llevarla en la maleta), God of War Ragnarök me ha llevado 35 horas.
En resumen, estamos ante un juego sobresaliente, que continúa con lo visto en su antecesor, pero que le da una vuelta de tuerca que le aporta carisma y personalidad. Mención especial, como ya he comentado, a los personajes, muy trabajados y con una evolución excelente. Si tienes una PS5, este es uno de esos títulos imprescindibles que deben estar en tu colección.
Por todo ello, le doy la máxima nota posible.