Cloud, Tifa, Barret y compañía regresan con la segunda entrega de este remake
Publicado por Sergio García Esteban el 02/09/2024
Corría el año 1997 cuando veía la luz Final Fantasy VII, el primer juego de la saga en llegar a la mítica PlayStation (consola que, bajo mi punto de vista, y con permiso de Final Fantasy X, recibiría los mejores títulos de la serie) y que venía para revolucionar lo que hasta ahora habíamos visto.
Y es que no nos engañemos, frikis. Aunque el juego no era perfecto, supuso un cambio en el rumbo de Final Fantasy (además de una curiosa trama en la que se verían envueltas PlayStation y Nintendo 64. Pero de eso, si queréis, os puedo hablar en futuros posts). Una historia con tintes ambientalistas, un personaje principal que es odiado y amado a partes iguales, una de las muertes más icónicas de la historia de los videojuegos... todo eso y mucho más es lo que pudimos encontrar en los tres CDs que componían este título.
Pero no estoy aquí para hablaros del Final Fantasy VII original, sino de su remake. Concretamente, del segundo, Final Fantasy VII Rebirth, que vio la luz el pasado 29 de febrero. Como buen fan de la saga en general y de esta séptima entrega en particular, no podía dejar pasar la oportunidad de jugarlo.
Lo terminé hace unos meses, pero he querido esperar a un momento especial para traeros el análisis, como la vuelta de vacaciones. Ya os adelanté en su momento lo que me estaba pareciendo, pero ahora os traigo un artículo más detallado hablando de él. ¿Merece la pena jugar a este título? En las próximas líneas, os lo cuento. ¡Dentro review!
Ya sabéis que, cuando hago un análisis de un videojuego o una crítica de una película, siempre trato que esté libre de spoilers. Ahora bien, teniendo en cuenta que este juego es un remake de uno que vio la luz hace más de 25 años, imagino que la mayoría ya sabréis lo que pasa en la historia, así que me tomaré ciertas licencias y comentaré algunos detalles más. Eso sí, no quiero dedicarle demasiado tiempo a hablar de la trama, ya que lo que ocurre probablemente ya lo sepáis y lo que se ha incluido de nuevo contenido (sí, al igual que Remake, FFVII Rebirth se toma ciertas "licencias" y cambia algunas cosas o amplía otras) prefiero que lo descubráis cuando lo juguéis, pero sí que quiero poneros en contexto.
Esta segunda entrega comienza con nuestros queridos amigos en Kalm, la aldea a la que llegan tras salir de Midgar, donde deciden hacer un alto en el camino, organizar sus prioridades y hablar de Sephiroth.
Tras un primer episodio, que fue uno de los que pudimos jugar en la demo y que nos sirve como introducción y tutorial para aprender/recordar cómo funciona el sistema de batalla y la exploración, entramos en faena y descubrimos la primera zona abierta del juego.
Llegados a este punto, si sois como yo, de los que, cuando le gusta un juego, quiere exprimirlo al máximo, os podréis tirar un buen rato dando vueltas y vueltas, hablando con la gente y haciendo tareas secundarias antes de avanzar en la historia. Pero no quiero hablaros (al menos, todavía) del mundo abierto y de sus posibilidades, sino más bien de la parte del juego original que se nos cuenta aquí.
Y es que, como ya sabemos, estos remakes están pensados para ser una trilogía. En 2020 tuvimos la primera entrega, este año hemos recibido la segunda y, en un futuro, verá la luz la tercera y última. Por este motivo, no esperéis que en este juego lleguemos al final de la historia de Cloud y compañía, sino que, una vez más, nos van a dejar con los dientes largos.
Para que lo tengáis en cuenta, Rebirth cuenta la historia desde que nuestros queridos protagonistas salen de Midgar hasta los acontecimientos acaecidos en la Ciudad Olvidada; lo que se correspondería con el final del CD 1 del juego original.
Como ya os he comentado, la historia de Final Fantasy VII Rebirth se divide en capítulos. En función del episodio en el que nos encontremos, estaremos en una zona del mapa u otra y tendremos unas tareas en concreto que realizar. Algunos de estos escenarios son de mundo abierto, mientras que otros son más pasilleros, lo que implica que en algunos capítulos, en función del mapa, podremos explorar más, tendremos misiones secundarias y diversas tareas que realizar y, en otros, no nos quedará más remedio que ir a tiro hecho.
Algo similar sucedía en FFVII Remake, pues también había zonas donde nos encontrábamos con tareas opcionales y minijuegos, solo que, en este caso, estos mapas son más grandes, por lo que el nivel de exploración y el número de misiones aumenta. Para que os hagáis una idea, frikis, el mapa está disfruibuido de manera similar a lo que pudimos ver en Final Fantasy XVI, que ya analicé en este blog, donde nos encontramos con zonas amplias que podemos explorar.
Eso sí, el nivel de profundidad que tiene Rebirth es muy superior al de FFXVI. Y es que es un título plagado de detalles, de diálogos secundarios la mar de interesantes y de una subtrama que nos permitirá profundizar en la vida y en las relaciones de los personajes principales. Si sois completistas y queréis enteraros de todo, os aconsejo que realicéis todas las misiones secundarias.
Hay que reconocer que el mimo con el que se ha recreado cada una de las zonas es excelente, frikis. Se nota el trabajo realizado por la buena gente de Square-Enix, que ha querio traernos un título redondo y muy bien trabajado.
Además, el ritmo de juego es bastante adecuado y no se hace pesado o tedioso aunque recorráis todo el mapa y hagáis todas las misiones secundarias antes de continuar con la historia principal.
Ahora bien, hubo dos momentos en los que me costó más avanzar con la historia. El primero de ellos fue cuando se llega al área de Corel. Sin entrar en excesivos detalles para no estropear la experiencia de juego, esta zona cuenta con el mapa más grande de todos y, por ende, la historia principal en esta parte se desarrolla en varios capítulos. Personalmente, se me hizo más "farragoso" avanzar en esta parte del juego, no porque no me pareciera que estuviera bien hecha o porque las misiones secundarias fueran interesantes (aunque hay que reconocer que flojean un poco), sino, simplemente, porque se me hizo muy largo y tenía ganas de cambiar de zona.
El segundo, una vez superada esta parte y todo lo que ella conlleva (lo ocurrido en Costa del Sol, la trama del pasado de Barret, todo lo de Gold Saucer...), fue en el siguiente área disponible, el de la zona de Gongaga. Aquí, aunque me parece que hay un mejor equilibrio entre tamaño del mapa, historia principal y misiones secundarias, lo que hizo que el juego me resultara tedioso fue la distribución del mapa. Si bien es cierto que estamos en una selva y que los caminos, por ende, son más enrevesados, lo cierto es que me resultó un mapa bastante laberíntico, que dificultaba en cierto sentido la movilidad y no ponía fácil llegar a ciertos puntos.
A pesar de esto, considero que es todo un acierto cómo se ha planteado Final Fantasy VII Rebirth. El juego necesitaba dejar atrás ese aspecto más "pasillero" que vimos en Remake y entrar en estas áreas de mundo abierto y de exploración. Aunque, personalmente, estas dos zonas se me hayan hecho más pesadas (que no quiere decir que no me hayan gustado, ojo), creo que está muy bien hecho y que todo se cuenta y desarrolla de una manera adecuada.
Ya os he hablado de la historia y del mundo abierto, frikis. Ahora, quiero dedicar este apartado a hablaros de las misiones secundarias. Aunque no es necesario realizarlas para completar la historia principal, sí que, como ya he comentado, amplían bastante las relaciones entre personajes y, además, si queremos tener aceso a detalles ineresantes de estos y a diálogos exclusivos, no tendremos más remedio que llevarlas a cabo.
Tanto si habéis jugado al título original como si no, os recomiendo que las realicéis, ya que hacen que la experiencia de juego se enriquezca considerablemente.
Ahora bien, es probable que disfrutéis mucho más de algunas de estas misiones si os habéis pasado el original de PSX. Y es que, a medida que avancemos, nos daremos cuenta de que muchas de estas tareas opcionales que son un guiño al juego original, algo que se puede observar especialmente cuando se llega al área de Junon, por lo que también se pueden entender como un pequeño homenaje a todas aquellas personas que llegamos a este título tras haber jugado a la obra de 1997.
Eso sí, aunque os recomiendo encarecidamente que realicéis las misiones secundiarias, cuando un tiempo jugando veremos que en prácticamente todas ellas se repite el mismo patrón. Hay que recoger algún objeto, derrotar a unos enemigos, activar una serie de dispositivos o recabar cierta información... personalmente, no se me han hecho pesadas (y eso que he llevado a cabo prácitcamente todas), pero puedo llegar a entender que alguien le resulte soporífero al cabo de un tiempo.
Además, también hay que tener en cuenta que, tal vez, el número de tareas a realizar pueda resultar abrumador. Y es que, entre misiones secundarias, labores de coleccionismo y demás objetivos opcionales, tendremos el mapa plagado de marcadores.
A esto hay que sumarle que, cuando estamos llegando a los compases finales del juego, aparecen nuevas misiones en todas las regiones del juego e, incluso, se desbloquea algo muy típico en los RPG en general y en los Final Fantasy en particular: la posibilidad de pelear contra un jefe opcional, que es más poderoso que el jefe final del juego. Aunque este combate es completamente opcional y no necesitamos realizarlo para superar la historia, sí que sentimos que nuestro honor está en juego y tendremos que realizarlo.
Si todavía no habéis jugado a FFVII Rebirth y estáis leyendo este análisis, probablmente os surja la siguiente pregunta: ¿Cuánto dura este juego? (me la hice durante gran parte de mi recorrido, no os voy a engañar).
Si lo que queremos es únicamente completar la trama principal y nos da igual la exploración y las tareas secundarias (aunque tendremos que pararnos, de vez en cuando, a subir el nivel de nuestros personajes para poder derrotar a los enemigos), el juego nos puede llevar entre 40 y 50 horas.
Ahora bien, si sois como yo y queréis hacer todo o prácticamente todo lo que Rebirth os ofrece, podéis dedicarle más de 100 horas. Personalmente, yo le he echado unas 120, y eso que no he derrotado al jefe opcional (tengo la espinita clavada...).
He de reconocer que, en lo que a mí respecta, el juego me ha salido rentable. Siempre me gusta dedicarle a los títulos que me compro una hora por cada euro invertido (es decir, si me gasto 60€, espero que el juego me dure 60 horas), así que este Final Fantasy ya ha cumplido aunque no derrote a ese "malo" que me queda pendiente.
En suma, estamos ante un juego que, si eres fan de los RPG, debes jugar. No solo te permitirá revivir la experiencia del título original de 1997, sino que, además, tendrás un montón de añadidos que lo convierten en un título muy recomendable.
Sí es cierto que se hace un pelín "pesado" hacia la mitad de la trama, pero es algo comprensible en trabajos tan largos y con tantos añadidos y extras. Además, no es uno de esos inconvenientes que nos hagan abandonar el juego.
Llegados a este punto, solo queda ponerle la nota. He dudado mucho sobre si se merece el máximo número de micrófonos posible o no, ya que el salto de calidad que hay de Remake a Rebirth es tan bestial que se que, cuando se lance la tercera entrega, me va a volar la cabeza, pero lo cierto es que, al menos a día de hoy, sí que se merece esos cinco micrófonos.
Ahora es vuestro turno. ¿Qué os ha parecido Final Fantasy VII Rebirth? No dudéis en dejarme vuestra opinión a través de las redes sociales de Palabra de Friki.
Soy escritor y pokemaníaco. Publiqué mi primera novela en 2016 y, desde entonces, he estado dando vueltas por toda España, yendo de feria en feria, para hacer como Francisco Umbral y hablar de mi libro. Además de la literatura, también me apasiona el cine, las series y los videojuegos. Por ese motivo, decidí crear Palabra de Friki, un medio de entretenimiento donde hablar de todas estas cosas. ¡Sígueme en las redes para no perderte nada!